Reproducimos a continuación la intervención completa de Mons. Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, en el Sínodo de Obispos de octubre de 2012 sobre 'la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana' donde habló del Camino Neocatecumenal como un método para la nueva evangelización en el mundo actual.
Mons. Blázquez conoce profundamente el Camino Neocatecumenal desde que era un sacerdote estudiante en Roma, cuando conoció esta incipiente realidad eclesial e hizo las catequesis a principios de los años 70 en la parroquia de la Nativitá. Posteriormente, de vuelta a España, estuvo caminando en la parroquia de Cristo Rey de Salamanca, que este año cumplía 50 años como parroquia y en cuya celebración participó, y donde desarrolló parte de su primer ministerio pastoral y estuvo caminando. Desde su experiencia como sacerdote escribió el libro el año 1992: 'Las comunidades Neocatecumenales. Discernimiento Teológico' (Editorial DDB) donde expone toda la realidad del Camino desde sus orígenes, su estructura, su metodología y su praxis.
"Esta intervención quiere unir la Nueva Evangelización y la iniciación cristiana y el catecumenado. ¿Puede el método del catecumenado practicado por la iglesia primitiva, con ciertas modificaciones y variaciones, servir como un método para la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en los tiempos que corren? En cuanto a la actual misión de la Iglesia, el Concilio Vaticano ordenó que el catecumenado fuera restaurado y, de hecho, en 1972 apareció el Rito de Iniciación Cristiana para Adultos.
Me limito a una experiencia de iniciación cristiana que se conoce como el Camino Neocatecumenal, nacido en el ámbito e impulso del Concilio, y que ha sido ampliamente difundido y aprobado por el Papa como un método adecuado de formación católica. He conocido el Camino Neocatecumenal durante muchos años, desde sus inicios, y durante muchos años, he participado en tres formas. Como un catecúmeno, y no sólo como alguien que presta un servicio pastoral a la comunidad; como un sacerdote en busca de nuevos caminos apostólicos en el inmediato postconcilio; como un experto en teología pues he sido un profesor durante 14 años en una facultad de teología.
Durante ese tiempo, yo estaba tratando de establecer una relación entre el lenguaje de la teología y el lenguaje catequético, carismático y celebrativo del Camino Neocatecumenal. Voy a destacar algunos aspectos que me parecen relevantes para la Nueva Evangelización.
En primer lugar, los catecúmenos van uniendo, poco a poco, de manera honda y clara la dimensión personal y eclesial de la fe cristiana. Descubren el sentido de la Iglesia en la participación asidua de la comunidad. Se crea una profunda fraternidad que tiene también repercusión en las relaciones humanas y sociales. La persona se siente apoyada por los otros hermanos para vivir cristianamente en medio de una sociedad muchas veces indiferente e incluso hostil a la fe cristiana y a la Iglesia.
Segundo. A través del catecumenado descubren poco a poco los participantes las realidades fundamentales de la fe cristiana: El Credo, los Mandamientos de Dios con el espíritu del sermón del monte, la oración del Padre Nuestro y de los Salmos, los sacramentos particularmente la Eucaristía y la Penitencia, la dimensión apostólica de la vida cristiana. No se inicia en aspectos particulares, complementarios o devocionales, sino en las realidades básicas, que actualmente no podemos dar por supuestas. Es un catecumenado postbautismal para la mayor parte de los participantes, que a través del cual redescubren el sentido del bautismo ya recibido.
Tres. La celebración litúrgica es fortalecida en cada uno por el conocimiento y la lectura orante de la Sagrada Escritura. Durante mucho tiempo la extrañeza del latín ocultaba el desconocimiento de la Biblia, pero ahora aparece en la celebración Eucarística al descubierto esa insuficiencia. La evangelización requiere que se unan palabra de Dios, sacramento y vida cristiana.
Cuatro. La Iglesia es la “patria” de todas las vocaciones. El Camino Neocatecumenal a través de la profundización en la fe y en la conversión, cultivando la vocación bautismal, abre la puerta a que cada catecúmeno descubra o redescubra su vocación específica, al matrimonio cristiano, al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada, a la itinerancia misionera. Insistir en la fe y la conversión a Dios es fundamental vocacionalmente. Sin esta base, los esfuerzos vocacionales serían superficiales y en gran parte estériles.
Cinco. Merece ser subrayado el celo apostólico que va prendiendo como un fuego en los catecúmenos y las comunidades a medida que van madurando. Renovar el bautismo lleva consigo el redescubrir que la vocación cristiana es por su misma naturaleza vocación al apostolado.
Y sexto. La manera como los padres van transmitiendo la fe a los hijos es bella y eficaz. Los niños, desde pequeños, participan en una celebración familiar el domingo en su Iglesia doméstica, en su familia.
Yo quería, a la luz de la historia del Camino Neocatecumenal, presentar no un proyecto sino una realidad concreta de la relación entre la iniciación cristiana y la nueva evangelización ".
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