En España se viven tiempos difíciles en cuanto a vocaciones a la vida sacerdotal se refiere. El descenso de la práctica religiosa en la sociedad tiene su reflejo y consecuencia en una grave sequía vocacional que se agranda cada año y que amenaza con un colapso pastoral a medio plazo. Una mayoría de diócesis españolas tiene en sus Seminarios diocesanos uno, dos o tres seminaristas, y en algunos casos tristemente ninguno. Además el envejecimiento del clero subraya el nulo relevo generacional que está provocando, sobretodo en diócesis rurales, que un solo sacerdote lleve 10 o 15 pueblos con sus respectivas parroquias o capillas, lo que lo imposibilita la atención merecida en cada caso.
Ante esa devastadora situación, muchas diócesis en España (y Europa) están solicitando ayuda a las nuevas realidades eclesiales para proporcionales jóvenes que puedan formarse en sus diócesis al presbiterado. Este es el caso de la diócesis de Vitoria, en el País Vasco (España) cuyo Obispo, Mons. Elizalde Espinal, erigió, en comunión con el Equipo Internacional del Camino, un Seminario Redemptoris Mater. Para informar a la diócesis de la decisión tomada junto con su consejo Episcopal, escribió una emotiva carta que publica el portal web, donde muestra su gozo y alegría por la decisión tomada, demostrando su apoyo y confianza en el Camino para ordenar presbíteros plenamente diocesanos que estarán bajo su guía y autoridad.
Muy queridos diocesanos:
Con inmensa alegría os anuncio una buena noticia compartida con el Consejo Episcopal. El Camino Neocatecumenal me ha propuesto para el servicio de la Diócesis de Vitoria y de la Iglesia Universal la creación de un Seminario para la formación de vocaciones sacerdotales. Otras once diócesis españolas también lo tienen. Se trata del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater. En un encuentro vocacional en Italia, más de 250 jóvenes han aceptado el envío de ir a uno de los 122 seminarios Redemptoris Mater dispersos por el mundo. Impresionante la disponibilidad de estos jóvenes que después de un itinerario de discernimiento en sus comunidades de origen, con la ayuda de sus catequistas y sacerdotes, deciden ser enviados allí donde la Iglesia les necesite. Percibir su alegría evangélica es también un estímulo para nosotros los sacerdotes y para todas las vocaciones que arrancan igualmente del bautismo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” (Marcos 16,15).
Hemen nauzu, Jauna. Zure izenean, nahi duzun tokira joango naiz.
Si después de unos siete años de formación los jóvenes que vienen a Vitoria llegaran a ordenarse sacerdotes serían sacerdotes de la Diócesis de Vitoria que compaginarían su ministerio en nuestra Diócesis con misiones al servicio de la Iglesia universal. Nunca dejarían de ser sacerdotes diocesanos, incardinados en nuestra Diócesis, disponibles para las necesidades diocesanas y dependiendo del Obispo de Vitoria.
Pero claro, el Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater no es ni será el Seminario Diocesano de Vitoria. Y tampoco la Diócesis de Vitoria encarga su Seminario al Camino Neocatecumenal. El Seminario que más adelante se erigiría canónicamente es otro diferente. De hecho el único seminarista del Seminario de la Diócesis de Vitoria, Rafael Sánchez García, seguirá estudiando en el Seminario de Bilbao para incorporarse cada semana a la pastoral parroquial de Vitoria, colaborando también en la Pastoral Vocacional. ¡Ojalá pronto pueda regresar para formarse con otros compañeros en Vitoria!
Aunque podamos recibir con inmensa alegría el comienzo de un Seminario dirigido por el Camino Neocatecumenal, como diócesis, seguiremos trabajando más que nunca por la promoción de vocaciones sacerdotales entre los jóvenes de nuestra tierra. Acoger a estos jóvenes seminaristas nos impulsa a seguir trabajando con ilusión en la propuesta vocacional. Promover todas las vocaciones y por tanto también la sacerdotal es tarea de todos, de todas las comunidades, de todos los sacerdotes, de todas las religiosas, religiosos y laicos. Todos somos corresponsables.
Estoy seguro de que el testimonio de los jóvenes de este nuevo seminario será beneficioso para estimular el atractivo del sacerdocio entre los jóvenes de nuestras parroquias y comunidades sin que pertenezcan al Camino. ¡Quien pudiera acoger a seminaristas, a novicios o a consagradas de distintas realidades eclesiales! Sería un regalo para nuestra Diócesis.
También será una gracia inmensa para nuestra Facultad de Teología que verá aumentado el número de sus alumnos en el ciclo institucional. El Camino surtiría cada año un pequeño número de seminaristas con lo que nuestro panorama vocacional mejorará sustancialmente.
Es un comienzo humilde en el que seis jóvenes cursarán estudios teológicos en nuestra Facultad. Los dos primeros cursos, aún sin rector y sin erección canónica, vivirán en familias del Camino e irán conociendo poco a poco la realidad parroquial y juvenil de nuestra Diócesis. También la Diócesis les irá conociendo y a través de sus Consejos podrá perfilar sus apreciaciones antes de la erección del Seminario. Podrán ir colaborando pastoralmente en las iniciativas que como diócesis les brindemos así que estarán abiertos a vuestras sugerencias. Siempre la cercanía de los seminaristas es renovación para las comunidades, soplo nuevo del Espíritu y cuestionamiento inquietante para nuestros jóvenes.
La mirada puesta en la Nueva Evangelización nos hace ser creativos a la vez que apasionados por la comunión en la Iglesia. El Señor sigue haciendo maravillas en su Pueblo y nuestra Diócesis una vez más es testigo de ello.
Encomendamos a estos jóvenes y nos encomendamos a su oración. Les acogemos con la misma ilusión con que ellos vienen a nuestra tierra. Yo siento que mi corazón de pastor se agranda ante su llegada. Pido la misma gracia para cada diocesano y para cada comunidad. Si hubiera matices que no se entienden bien, tanto los miembros del Camino Neocatecumenal como yo mismo estamos dispuestos a dar razón de todas las cuestiones que se puedan contemplar.
Hemen nauzu, Jauna, bidal nazazu. Jar ezazu zure Hitza nire ezpainetan, zure arintasuna nire oinetan eta zure zeregina nire eskuetan. Jar ezazu zure Espiritua nire espirituan, zure maitasuna nire bihotzean, zure indarra nire ahultasunean eta zure erabakia nire ezbaian.
Con enorme alegría un abrazo lleno de afecto y mi bendición
Juan Carlos Elizalde Espinal
Obispo de Vitoria
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