sábado, 7 de mayo de 2022

Mons. José Ignacio Munilla: 'Dios ha bendecido un carisma que dio a Kiko y a Carmen'

El pasado 1 de mayo el recientemente nombrado nuevo Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, se encontraba con las comunidades neocatecumenales de la diócesis en una parroquia. Mons. Munilla, tras haber escuchado atentamente la génesis del Camino, todo el itinerario post-bautismal, y algunas experiencias, dio unas palabras improvisadas que fueron recibidas con gozo y alegría. 

Mons. Munilla es posiblemente uno de los Obispos españoles más conocidos de todo el mundo por su infatigable trabajo en Radio Maria, explicando y haciendo entender la belleza de la fe católica que se contiene en el Catecismo de la Iglesia Católica. Siendo Obispo ha participado en múltiples encuentros del Camino Neocatecumenal, como el de la JMJ de Madrid 2011 o en 2018, cuando se cumplieron el 50 aniversario del Camino en todo el mundo que se celebró con un encuentro con el Papa en Roma. En su intervención Mons. Munilla habló de la importancia de los carismas en la Iglesia, como dones que ha inspirado el Espíritu Santo para este tiempo, subrayando la necesidad que sean acompañados e impulsados por los Obispos para que den buen fruto. Publicamos el enlace del encuentro y algunos extractos de sus intervenciones en el que da gracias a Dios por el don del Camino Neocatecumenal en la Iglesia


La Iglesia es apostólica, lo decimos en el Credo, y la Iglesia también es carismática, las dos cosas al mismo tiempo. Está fundada sobre los Apóstoles, pero al mismo tiempo, el Señor, en ese envío del Espíritu que hizo es libérrimo, es muy libre el Espíritu Santo, y ejerce además en su libertad, para suscitar carismas. Aquí hemos hablado carismas en el sentido de vocaciones y matrimonios que ha habido, pero el Camino Neocatecumenal en si mismo, vosotros, sois un carisma, un don del Espíritu Santo. Un don del Espíritu Santo que él ha suscitado para el bien del conjunto de la Iglesia, no solo para vosotros mismos. 

La Iglesia tiene esos dos pulmones: El pulmón Apostólico y el pulmón carismático. Respira con dos pulmones. Los dos pulmones obviamente tienen que respirar al unísono, pero si se des-coordinan los dos pulmones tenemos un problema. La Iglesia Apostólica y la carismática están llamadas a darle gracias a Dios mutuamente, porque existe el don de los Apóstoles para fundar la Iglesia, para acompañar a los carismas, para discernirlos, para animarlos, para corregirlos, para impulsarlos... la Iglesia Apostólica está para hacer ese acompañamiento y para al mismo tiempo reconocer cómo el Espíritu Santo suscita dones.

Hay una cosa que es obvia, basta ver este panorama...basta veros a vosotros y las historias que aquí se han escuchado. Es obvio que Dios ha bendecido un carisma que dio a Kiko y a Carmen. Lo ha bendecido. Haber, ¿y eso porque lo digo yo? Porque o uno es ciego, o está cegado o sino tiene que decir 'gloria a Dios' por cómo ha bendecido el Camino Neocatecumenal como un carisma en el cual uno ha descubierto el don del Espíritu para el servicio de todo el pueblo de Dios ¿Y en que se nota que ha sido bendecido? Fijaros: Por la fidelidad. Porque de la carne nace el ilusionarse y luego cansarse. Eso es lo típico. Me ilusiono, empiezo, y lo dejo a medias. Pero ojo, este camino es largo. Pegarse todo ese recorrido por ahí sin quedarse por el camino tiene su qué ¿eh? porque ahí hay mucho camino y lo lógico es uno que dice 'me he caído'. Pegarse ese pedazo de recorrido llegando hasta el final eso o es un don del Espíritu Santo o no nace de vosotros. Segundo. Otro signo de que Dios ha bendecido este carisma. La transmisión de la fe en el seno de la familia. Ya se que algunos estaréis sufriendo porque estáis diciendo que mi hijo en este momento se ha marchado...algunos de vosotros estaréis sufriendo porque algunos de vuestros hijos no han cogido el testigo de la fe. Bendito sufrimiento, porque si sufrís es porque amáis. Y Dios bendecirá ese sufrimiento como bendijo el de Santa Mónica, y esos hijos serán retornados y serán reconquistados. Porque a los hijos se les da la luz de la fe con las lágrimas y con el sufrimiento. Entonces, Dios ha bendecido la transmisión de la fe en el Camino Neocatecumenal. Y se sufre porque todavía está pendiente de completarse esa transmisión de la fe. Lo peor es que se pierda la fe y que uno no sufra. Porque si no se sufre es que no se ama, y si no se ama es que hemos perdido la fe. 


Dios también ha bendecido al Camino por la apertura a la vida. Yo me imagino que muchos de los niños que estáis aquí presentes habréis pensado, o ya pensaréis cuando la vida os de la madurez para poderlo pensar, que vosotros existís porque habéis nacido en el Camino Neocatecumenal. Sino no existiríais. Dios os dará la gracia de irlo entendiendo. Si vuestros padres no hubiesen recibido esa llamada a la apertura a la vida no existiríais. No existiríamos. Esto es una cosa para pensarla. No existirían sino hubieseis recibido el don de abrirse a la vida ¿porqué en este momento existe este pedazo de crisis de natalidad? Pues porque no confiamos en Dios. Porque no terminamos de creer que Cristo vive. Si no partimos de ahí que Dios vive y él nos sostiene pues nos cerramos a la vida, porque no hay esperanza. Es evidente que Dios lo ha bendecido. 

Dios nos ha bendecido. Vanidad cero. La bendición es suya. La Gloria es de él. Esto es muy importante que lo entendamos todos... que los predicadores también lo entendamos, cuando uno te dice: 'Qué bien ha hablado usted en Radio María, las catequesis...' Que la Gloria es suya, vanidad cero. Vosotros, haber sido bendecidos, ¿que mérito tenemos nosotros si hemos sido elegidos inmerecidamente? Creo que es muy importante que reconozcamos la bendición de Dios, y que seamos muy, muy, muy humildes. Esto es muy importante. Por tanto, yo como representante aquí de la Iglesia Apostólica doy Gloria a Dios por este carisma, y os digo que la Iglesia se siente muy contenta reconociendo el don del Espíritu en vosotros. Y que creo que también ha llegado, como a veces tenemos que reconocer, que el demonio también ha enredado, y en esa relación entre la Iglesia Apostólica y la Iglesia carismática no siempre ha sido fácil. 

Cuando vemos el rostro de la secularización y vemos que avanza una visión materialista de la vida donde cada vez ser cristiano es más heróico, este es el momento de la unión, de la comunión....comunión, comunión en el seno de la Iglesia, y si no lo entendemos es que estamos tontos. Solamente en comunión seremos capaces de abordar el gran reto que tenemos delante de nosotros, de permanecer fieles. 

¿Qué os pide la Iglesia?: Ser fermento de Cristo allí donde estás. En tu puesto laboral, siendo testigo de Cristo. Florecer dónde Dios os ha plantado. Dar un testimonio sabiendo que Dios te ha constituido luz, sal... no asustarte, ser testigo donde estás. Esto en primer lugar. Antes que nada está vuestro deber de ser apóstoles en medio del mundo. Segundo lugar. Es obvio que la Iglesia os está también llamando, y he sido testigo, que os necesita, os necesita para evangelizar, cuando dice: '¡Id!'. Un consejo, que esto además autentifica nuestra disposición al servicio: tened mucha devoción 'a la escoba'. Tened siempre la prontitud de ofreceros para los servicios más humildes, como Fray Escoba, aquel Santo dominico de los primeros años de evangelización en América. Nos tenemos que pelear por los puestos más humildes. Siempre, sirviendo. Siempre atentos. Porque el amor de Cristo ¿como lo podemos testimoniar? estando atentos a quien sufre. Preocupándonos por él. Mostrando la caridad, la misericordia, el cariño. Tener esa conciencia de cómo podemos llegar a los últimos. 

Eso es lo que os pide la Iglesia: Que seáis testigos. Que florezcáis allí dónde Dios os ha plantado. Que sigáis siendo muy fieles a vuestro camino, a todo ese itinerario. Seréis un testimonio de fidelidad para todos nosotros. Sed siervos humildes, miembros vivos de vuestras parroquias, ofreciendoos, comenzando por todos los servicios más humildes, allá donde podáis ser necesitados. Y esto es lo que os quiere decir la Iglesia. Y yo no puedo sino dar gracias a Dios por todos vosotros y decir que esta diócesis de Oriehuela-Alicante os necesita. Os necesita porque tenemos que comenzar una nueva evangelización. Y hay muchas personas que en esta sinfonía de los carismas, porque el Espíritu Santo es alucinante en ver como suscita una Sinfonía de carismas... y os voy a decir una cosa: Un signo de que uno está bien asentado en un carisma ¿sabeis cual es? Que ama y admira  los demás carismas. No solo el suyo. Eso que decía Madre Teresa de Calcuta: 'Yo amo todos los carismas, aunque estoy enamorado del mío, pero los amo a todos'. Es una distinción preciosa. El enamoramiento lo tienes con tu carisma, pero el amor lo tienes a todos. Bueno, pues yo creo que este es un gran momento que vive la Iglesia, con esta gran Sinfonía de los carismas. Yo os ofrezco, os prometo y os pido que oréis para que esto sea posible. Le pido al Señor que me de la gracia de acompañaros, de impulsaros, de daros una palabra, que también será de corrección... que el Obispo también debe de corregir, pero debe de impulsar, debe estar atento ahí donde sopla el Espíritu y poner esos dones del Espíritu al servicio del Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia. Me encomiendo a vuestras oraciones.




 



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