El Camino Neocatecumenal es una iniciación cristiana para
adultos que fue definitiva por S. Juan Pablo II el 30 de Agosto de 1990 en la
'Carta Ogniqualvolta' como un 'itinerario de formación católica, válido
para la sociedad, y para los tiempos de hoy'.
Unos años antes, los iniciadores del Camino, Kiko Argüello y
Carmen Hernández, participaron como invitados por el Papa en la Asamblea
Plenaria de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, realizada en
Roma del 19 al 23 de abril de 1983. En su intervención Kiko explicó que es el
Camino Neocatecumenal, en que se fundamenta, cuáles son sus objetivos y su
misión en la Iglesia. En 1983 el Camino era una realidad novedosa e incipiente,
con apenas 15 años de existencia, pero con una gran implantación en numerosos
países y con ya abundantes frutos. A continuación reproducimos la breve
explicación que hizo Kiko ante los Obispos:
UN CATECUMENADO PARA
DESCUBRIR LA GRAN RIQUEZA DE LA FE-
El Señor nos ha llamado para que entráramos en un
camino de conversión, por medio del cual
nos permite, a través de un Catecumenado post-bautismal, descubrir la gran
riqueza de nuestra fe. Por medio de este Catecumenado, lentamente, paso tras
paso, etapa por etapa, podemos alcanzar las aguas de la eterna renovación, para
que el bautismo que una vez recibimos de la Iglesia, pueda pasar a ser por
medio de nuestra aceptación, sacramento de la salvación y buena nueva para la
humanidad.
Con el Catecumenado en el centro de la pastoral parroquial,
se abre un camino de iniciación Cristiano, que de inicio a la PASTORAL DE
EVANGELIZACIÓN DE ADULTOS dando a luz a la fe a tantos de nuestros hermanos que
hoy viven según las costumbres cristianas, otorgando a la gente, sumergidos en
un mundo secularizado, la posibilidad de encontrarse con Nuestro Señor
Jesucristo, por medio comunidades cristianas que viven su fe en una actitud
adulta: amor en la dimensión de la cruz y en una perfecta unidad .
El Camino
nació en Madrid en el año 1962, en las barracas del barrio de "Palomeras
Altas". Kiko Argüello, junto con algunos hermanos - llamados por el Señor
a vivir su cristianismo en medio de las pobres, compartiendo completamente su
vida con aquellos cuya miseria y sufrimiento son consecuencia del pecado de la
sociedad - rogados constantemente por aquellos con los que convivian, se
encontraron en una situación que les compelía a predicar la BUENA NOTICIA de
nuestro Salvador, Jesucristo.
Esta PALABRA, que nació débil y a destiempo debido a las
dificultades que implica el predicar el Evangelio a gentes sin educación y sin
ninguna instrucción, comenzó a concretarse en una especie de síntesis
catequética: el potente KERYGMA, que en la medida en que se introducía en el
corazón de los pobres provoco la aparición de una nueva realidad - KOINONIA
(comunidad)
Con estupor
fuimos testigos de la PALABRA, que haciéndose carne entre la gente pobre que la
aceptaba con la alegría, condujo al nacimiento de COMUNIDADES perseverantes en
la oración y de una asombrosa LITURGIA, ya que era una respuesta para tantos
hermanos llenos, de pecados, que bendecían al Señor que se había vuelto hacia
ellos.
De esta manera en
tres años fuimos testigos de la aparición de un Camino, dirigido hacia una
lenta y orgánica maduración en la fe, una especie de catecumenado, el cual hizo
poco a poco parroquia, dio lugar a una comunidad fraterna y fue causa de un
amor que se verificaba en una dimensión sorprendente, porque era amor al
enemigo, amor en la dimensión de la “cruz."
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