miércoles, 2 de octubre de 2019

El Cardenal Schönborn afirma que en la catequesis del Kerygma de Kiko Argüello está condensada, de manera impresionante, el entero anuncio del Evangelio

Durante el año de la Fe en 2012 Kiko Argüello publicó el libro de 'El Kerygma, en las chabolas con los pobres' donde Kiko contaba en primera persona el nacimiento del Camino Neocatecumenal en las barracas de Palomas Altas de Madrid (España) en los años 60 y publicaba además la catequesis de un Kerygma, el centro de la predicación en la Iglesia Primitiva y en todo el Neocatecumenado. 

El libro fue prologado por el Cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación del Culto Divino, y por el Cardenal Christoph Schönborn, de formación dominica y alumno de Ratzinguer, Arzobispo de Viena, que abrió en su diócesis el año 1995 un Seminario 'Redemptoris Mater' un mes después de su nombramiento y que fue nombrado por San Juan Pablo II como secretario de la Comisión para la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica (1987 a 1992) siendo uno de los teólogos de confianza del Papa en la Congregación para la Doctrina de la Fe, al que nombró Cardenal en 1998. Mons. Schönborn ha sido además un firme defensor de la ortodoxia en las enseñanzas del Camino Neocatecumenal y de la celebración eucarística en pequeñas comunidades al ser uno de los responsables del estudio de todas las catequesis del itinerario formativo que se aprobaron por el Dicasterio de la Doctrina de la fe entre 1997 y 2003 dentro del proceso Estatutario y que fueron públicamente reconocidas y aprobadas en 2010 por el Pontificio Consejo de Laicos. En una carta emitida en 2005 junto con numerosos Cardenales, entre ellos Mons. Rouco Varela de Madrid, expresaba el deseo de la Santa Sede de que aprobara definitivamente los Estatutos y la praxis litúrgica eucarística en el Camino, atendiendo a los numerosos frutos que de ella emanaban.

Publicamos a continuación el comentario escrito por el Cardenal Schönborn para el libro del Kerygma.



Cardenal Mons. Christoph Schönborn -

Dentro de pocos días comenzará el «Año de la Fe» y a la vez el Sínodo sobre la Nueva Evangelización. Es un momento favorable para publicar la catequesis que Kiko Argüello impartió en Sora el mes de junio de este año. Esta catequesis de los «Tres Ángeles» es una palabra fuerte, potente para el «Año de la Fe». «La fe viene por el oído» (Rm 10, 17). «Pero ¿cómo creerán en Aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y, ¿cómo predicarán si no son enviados?» (Rm 10, 14-15).

El Camino Neocatecumenal es un itinerario de «iniciación cristiana» y de «educación permanente en la fe», que ha sido varias veces reconocido por la Iglesia como un «don del Espíritu Santo». Pero, sobre todo, es un camino de evangelización para nuestros días. Este Camino, tantas veces confirmado y animado por los Pontífices Pablo VI, el Beato Juan Pablo II y nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI, mediante el anuncio de la Buena Noticia, del Kerygma, ha abierto a muchas personas la puerta de la fe. 



A través de la puerta de la fe ha entrado en la vida de muchas personas la vida nueva de Cristo y por medio de la gracia de la fe se han producido conversiones, curaciones, el sí a la vida, a los hijos, el ser capaces de perdonar, la disponibilidad para el envío. Por todas partes han nacido comunidades que se han convertido verdaderamente en portadoras de la evangelización hasta los confines de la tierra. 

El Evangelio ha sido llevado hasta las regiones extremas del mundo gracias a las «Familias en Misión», gracias a las missio ad gentes. Es verdaderamente impresionante ver cómo cientos de familias con numerosos hijos se levantan y se ponen a disposición para la misión, para la Nueva Evangelización: «¡Señor, henos aquí! ¡Envíanos!» Estos numerosos misioneros de nuestro tiempo pueden ponerse a disposición únicamente porque ellos primero han vivido un intenso camino de catequesis cristiana. Para transformar a las personas en discípulos de Cristo, para ganarlas para Cristo, es necesario haber estado personalmente en la «escuela de vida» de Jesús, haber adquirido una intimidad con Él, haberse dejado una y otra vez «instruir», formar, forjar por Él, para que Él pueda verdaderamente enviar a sus discípulos. 



La catequesis de Kiko que se publica aquí representa una fuerte «instrucción para discípulos». Es una llamada a la conversión personal. De esta catequesis me impresiona el hecho de que muestra claramente —y personalmente también a mí— que sin conversión personal no se puede evangelizar. El misionero tiene que ser evangelizado él primero. Y eso nunca se realiza «de una vez por todas». No puedo decir: «¡Ya estoy evangelizado!» Sí, es cierto: ¡Creo en el Señor! ¡Le amo! ¡Quiero darle toda mi vida! Pero, no obstante, soy consciente de que el pecado sigue actuando dentro de mí y de que cada día necesito la salvación: «Sin Mí, nada podéis hacer» (Jn 15, 5).

Esta catequesis representa un fuerte y hermoso ejemplo para la «evangelización de los evangelizadores». Quienes tienen que llegar a ser «ángeles», o sea, mensajeros de la Buena Noticia, tienen que conocer la obra del primer y segundo ángel: la del seductor, del «mentiroso desde el principio», del «príncipe de este mundo», y la del ángel que llevó el anuncio a María, el ángel del Evangelio. En esta catequesis está condensado, de manera impresionante, el entero anuncio del Evangelio.



Que esta catequesis pueda ser escuchada por muchos; que pueda tocar el corazón de muchos, para que sean de esa forma fortalecidos en la fe e inflamados de amor. ¡Porque sólo cuando «el amor de Cristo nos apremia» (2 Cor 5, 14) la Nueva Evangelización puede llegar al corazón de los hombres! 

CARDENAL CHRISTOPH SCHÖNBORN
 Arzobispo de Viena (Austria)
2 de octubre de 2012 Fiesta de los Ángeles de la Guarda

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