En Tanzania anunciando el Evangelio entre los más necesitados

María y Juan Pablo son un matrimonio español que vive el Camino Neocatecumenal. Desde hace unos años, son misioneros en África, concretamente en Arusha (Tanzania). La ciudad tiene hoy 416.000 habitantes.

María explica cómo reconoció esa llamada a desplazarse a otro país para difundir el Evangelio: «Sentí -recuerda- que el Señor me estaba llamando a no guardarme nada para mí, a entregarle a Él ese rinconcito de mi vida que yo tenía guardado, en el que me daba miedo que entrase el Señor. Sentí de una forma fuerte que Dios me llamaba a una entrega total a Él».

Jóvenes de distintas realidades organizan una jornada de oración en el Valle de los Caídos

La relación existente actualmente entre las distintas realidades eclesiales, especialmente en los jóvenes, no puede ser más fructífera. Desde hace varias décadas los jóvenes católicos que forman parte de los nuevos movimientos apostólicos, en lugar de distanciarse o segregarse, están colaborando en la realización de numerosos proyectos e iniciativas para el bien de la Iglesia y de las almas.

Los jóvenes del Camino Neocatecumenal no son una excepción, y siendo una de las realidades más numerosas, se implican y participan en las cuestiones diocesanas con ímpetu e ilusión. La JMJ de Madrid fue un buen ejemplo de ello, con cientos de voluntarios y organizadores procedentes de las comunidades de Madrid. Se había insinuado falsamente que los hermanos del Camino no hacen nada que no sea del Camino, pero la realidad es que están presentes de manera cada vez más numerosa en innumerables pastorales parroquiales, aunque no sea en las parroquias donde 'caminan', participando en actividades incluso de otras realidades, sin ningún tipo de impedimento, y gestionando la acción social como Cáritas, comedores de Calcuta, Roperos, o bancos de alimentos de sus diócesis.

Esta noticia es un buena muestra de la comunión que existe en este momento. Cerca de un centenar de jóvenes pasan toda la noche en Adoración en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos ORGANIZADO POR UN GRUPO DE JÓVENES UNIVERSITARIAS pertenecientes a distintas realidades de la Iglesia como CAMINO NEOCATECUMENAL, OPUS DEI, SCHOLA CORDIS IESU...

De electricista en España a sacerdote en uno de los suburbios más peligrosos del mundo en Caracas

A menudo se ha criticado al Camino Neocatecumenal un 'exceso' de espiritualismo en su forma de iniciar y vivir la fe, como si esto implicara una falta de sensibilidad hacia los problemas de los más necesitados y desfavorecidos. Especialmente en Latinoamérica, la 'teología de la liberación' ha copado lo que denominan la 'opción preferencial por los pobres', como si esta 'ideología' que mezcla cristianismo y marxismo fuera la única  que se preocupara por los desarraigados y los que padecen injusticias en el mundo, algo que es totalmente falso. El Camino forma presbíteros para la Nueva Evangelización, donde el Kerygma que se proclama ayuda a la reconstrucción de la persona, pero también esta transformación se traduce en una mejora de sus condiciones de vida, y en una búsqueda del bien común. El problema no está en las 'estructuras injustas', sino en que las personas son, a causa del pecado, injustas. 

Decía Benedicto XVI que no hay mayor acto de caridad hacia el prójimo que anunciarle esta Buena Noticia. Por eso no se puede obviar que todo hombre y mujer, a parte de un techo, alimento o educación, necesita ante todo encontrarse con el amor de Dios, porque si se experimenta ese amor la vida adquiere, sean cuales sean sus condiciones, una dimensión completamente nueva. 

En este artículo conoceremos la historia del P. Jesús Sánchez, un joven español de 36 años. Pero su vida se parece en poco, o más bien en nada, a la de cualquier persona de su edad en su Córdoba natal. Este sacerdote es párroco en uno de las barriadas más peligrosas del mundo, Petare, el suburbio más grande toda América Latina y también el de mayor tasa de homicidios.