sábado, 25 de enero de 2020

'Gracias por el Camino Neocatecumenal. Servid como levadura para el mundo que os rodea' Obispo de Cleveland (EEUU)

Miembros de las comunidades neocatecumenales de la diócesis católica de Cleveland se reunieron el pasado 1 de octubre de 2019 en la Iglesia de San Antonio de Padua, en Parma, para orar por la noche, con testimonios de varios hermanos y un mensaje del Obispo Nelson Pérez.

Jack Craig, catequista y miembro del Camino Neocatecumenal, viajó desde Nueva Jersey para dirigir el encuentro. Participaron comunidades neocatecumenales de las parroquias Holy Family y St. Anthony of Padua en Parma, St. Andrew Parish en Norton y Immaculate Conception Parish en Madison, junto con sacerdotes de esas parroquias y algunos otros. También participaron unos 60 miembros de las comunidades del Camino de las cuatro parroquias. Craig presentó al Obispo, sacerdotes y otros invitados.


Evangelizar a los bautizados

En estos tiempos de grave secularización y descristianización, especialmente en Europa y occidente, cuna de la fe cristiana, la Iglesia ha urgido en numerosas y distintas ocasiones a evangelizar a los bautizados, mediante itinerarios de formación cristiana. Así lo recoge explícitamente el Catecismo de la Iglesia Católica en su nº 1231: "el Bautismo de niños exige un catecumenado postbautismal"

Publicamos el escrito del P. Juan José Callés Garzón, párroco en Cristo Rey de Salamanca sobre esta necesidad: "He aquí la tarea pendiente de la Iglesia en este tiempo: EVANGELIZAR A LOS BAUTIZADOS. Efectivamente, nuestras comunidades cristianas básicas del futuro, constituidas por un número reducido de fieles, sólo podrán ser sostenidas y desarrolladas a través de una seria iniciación cristiana. Nuestras actuales asambleas dominicales languidecen porque no están formadas por verdaderos fieles, es decir cristianos que han superado las etapas clásicas del precatecumenado, catecumenado y neofitado. En la Iglesia primitiva se bautizaba a los convertidos; hoy tenemos que convertir a los bautizados.

viernes, 10 de enero de 2020

Un Sacerdote del Camino acusado injustamente de abusos perdona públicamente al denunciante


La lacra de los abusos a menores que ha trascendido en la Iglesia estos últimos años y que es de una gravedad máxima por el profundo daño y el dolor que se ha hecho, tantas veces de manera impune, a víctimas inocentes puede, por otro lado, como arma de doble filo, volverse contra tantos Sacerdotes inocentes en los que una falsa denuncia puede dañar de por vida su imagen y su ministerio. 

Es el caso del P. José Antonio Molina Nieto, de San Salvador, y miembro del Camino Neocatecumenal de la diócesis, que fue apartado de su ministerio por la que después se confirmó como una falsa denuncia. El calvario vivido por el Sacerdote durante el tiempo que ha durado el proceso que lo llevó incluso delante de la justicia, ha mostrado el rostro verdadero de Cristo, víctima inocente, que con su misericordia nos perdonó de todos nuestros pecados. Así el P. José Antonio, como ministro de Jesucristo, ha mostrado públicamente su perdón hacia con el denunciante que le provocó injustamente tanto sufrimiento, en un gesto de verdadera santidad, signo de una fe adulta probada y acrisolada en tan terrible hecho.



De Madrid a Lituania como familia misionera

La misión del Camino Neocatecumenal es hacer crecer la fe adulta en los catecúmenos para que esta fe pueda dar frutos de auténtica santidad. Una de las expresiones más notables de esta fe, y que está en lo genuino del cristianismo desde los albores de los primeros siglos, es la misión. La primera Encíclica del Papa Francisco delineó de manera programática la auténtica y verdadera misión de la Iglesia en el mundo actual: la Evangelización.

Desde hace más de 50 años del Camino han surgido miles de vocaciones misioneras. Desde sacerdotes, monjas, otras formas de vida consagrada, laicos que lo dejan todo para anunciar el Evangelio, y más recientemente familias, como la de los jóvenes David Hernández y Fabiola Severino, un joven matrimonio de 31 y 32 años respectivamente, que con sus tres hijos, Elena (4 años), Mateo (3 años) y Nicolás (4 meses) han dejado su cómoda vida en Madrid para ser misioneros en Kaunas, la segunda ciudad más poblada de la república ex-soviética de Lituania. Son cientos las familias del Camino que viven el 'ser cristiano' en medio de estos países que han sido azotados por un comunismo férreo y un ateísmo feroz que quiso arrancar la fe cristiana de cuajo durante décadas. Tras la caída del muro es necesario re-evangelizar o empezar de cero en tantas zonas devastadas, y estos jóvenes lo han dejado todo para dar su vida por el Evangelio, participando de la misión que los Obispos locales les han encomendado.

El Obispo de Jaén, España, preside el Rito de la Tradittio Symboli

El artículo 2 de los Estatutos del Camino Neocatecumenal indica que éste se realiza en la diócesis 'bajo la dirección del Obispo diocesano' por lo que como 'Directores' de esta iniciación cristiana los Obispos son los primeros Responsables para llevarla adelante. A diferencia de otras realidades eclesiales que gozan de total autonomía, el Camino Neocatecumenal debe someterse a los Obispos y párrocos que lo llevan adelante. Esto implica que en los pasos que jalonan este itinerario los Obispos pueden y deben tomar parte activa y son ellos los que presiden en no pocas ocasiones los Ritos litúrgicos que forman parte del mismo.

Tal es el caso del Obispo de Jaén, en España, Mons. Amadeo Rodríguez, que presidió el Rito propio del paso de la Tradittio Symboli, un momento en la iniciación en la que los catecúmenos reciben de parte de la Iglesia el Credo, Símbolo de la fe de los Apóstoles. Esta participación muestra la implicación de los Obispos en la vida de las comunidades de su diócesis, afianzando el conocimiento que tienen sobre el Camino y apoyando también de este modo como Pastor su realización.