El pasado mes de diciembre, en la Catedral de San Agustín de la diócesis italiana de Rieti, se celebró el 50 aniversario del nacimiento del Camino Neocatecumenal, en una celebración Eucarística presidida por el Obispo Monseñor Domenico Pompili, donde dio gracias por este carisma suscitado como un afluente que lleva a las personas al gran río de la Iglesia universal. En la Homilía, el Obispo, tomando como referencia el Evangelio de la Visitación de María a su prima Isabel, dónde San Juan Bautista frente a la presencia de Cristo 'saltó de gozo' en el vientre materno, habló de la importancia y belleza de la danza o baile que se realiza en el Camino Neocatecumenal tras la celebración litúrgica.
“Si hay un mérito del Camino Neocatecumenal en sus 50 años de vida, ha sido mostrar una fe sencilla, concreta, comunitaria, jugada al máximo y no a la baja. ... El Camino se hace dentro de la propia comunidad, pero es un camino transitorio y luego regresa a la gran Iglesia. De hecho, la institución, sin carisma, se vuelve esclerótica, al igual que el carisma, sin la institución, se cierra. Necesitamos encontrar momentos concretos y repetidos en los que el Camino, como afluente, fluya hacia la Iglesia para fertilizarla y, al mismo tiempo, ser regenerada”.
Este fue el pasaje central de la homilía del obispo Domenico Pompili, quien animó los corazones y los ánimos de los hermanos y hermanas neocatecumenales que abarrotaron la Basílica de Sant'Agostino el sábado por la noche para celebrar con Su Excelencia la solemne liturgia eucarística con motivo de la la fundación del Camino, que se llevó a cabo en España por Kiko Argüello y Carmen Hernández.
Y lo que más alegró el corazón del obispo, que lo expresó y lo hizo entender explícitamente, fue la presencia en la Misa, entre tantas parejas casadas y ancianos, de cien jóvenes y muy jóvenes, estudiantes, universitarios y trabajadores, riqueza de la Iglesia Reatina y del Camino, que Monseñor Pompili invitó a participar en la reunión Leonessa programada para fin de año."Ahora, por ejemplo, está el Encuentro Juvenil. ¿A qué esperas para registrarte si tienes entre 18 y 35 años? "
Antes de la liturgia hubo un saludo dirigido al obispo Domenico por parte de Giampiero Donini quien en 1976, convocado por el Obispo Trabalzini, junto con el padre Guglielmo, Franco Voltaggio y Alberto Scichitano, celebró las primeras catequesis para los fieles de don Giovanni Franchi y don Mauro Laureti para las parroquias de San Francesco Nuovo y Villa Reatina.
Giampiero, quien se refirió en gran parte a los documentos conciliares Lumen gentium, Gaudium et spes, Sacrosanctum concilium y Dei verbum, saludó al Obispo renovando su obediencia y subrayando cómo fue recibido y considerado por los hermanos del Camino, heredero de los apóstoles que interpreta acertadamente y sabiamente la plenitud y la misión de santificación, enseñanza y gobierno de la Iglesia.
Monseñor Pompili ha mostrado un buen conocimiento del Camino, participando en las canciones y aplaudiendo en algunos pasajes y citando en su homilía varias veces las consideraciones y pensamientos de Kiko,comprometido todavía y a pesar de la edad en una predicación que se lleva a cabo en todos los continentes y que ha dado frutos abundantes a la Iglesia.
Como en Rieti, con el nacimiento de una veintena de comunidades neocatecumenales, con la aparición de vocaciones de matrimonios que han catequizado en numerosas naciones extranjeras, y con el surgimiento de vocaciones sacerdotales. Durante las resonancias que siguieron a la lectura del Evangelio, uno de los hermanos habló de su vocación adulta, que ahora asiste al quinto año en el seminario Redemptoris Mater en Macerata.
"Tan pronto como Isabel escuchó el saludo de María, el Niño saltó en su vientre". "Lo que parece una danza improvisada por Juan el Bautista todavía en el vientre, dijo el Prelado, revela una dimensión central de la existencia. La danza judía, en particular, nació como un gesto litúrgico, que acompañó la vida del pueblo. El Camino Neocatecumenal ha mejorado este rastro de judaísmo profundo junto con el trípode: Palabra, Eucaristía, Comunidad. No sin algunas críticas, sino haciendo del baile un sello de experiencia vivida. Como Israel que se identifica con ella. Pero ¿por qué bailar? - se preguntó a sí mismo Monseñor Pompili - La danza habla el lenguaje de la belleza, más allá de la simple justicia o la pura verdad. Se necesita un atisbo de fuerza en la vida para reaccionar ante la fealdad y el cansancio. No basta con lamentar o denunciar. Tampoco es suficiente hablar de justicia, de deberes, de bien común. Debemos irradiar la belleza de lo que es verdadero y correcto en la vida, porque solo esta belleza verdaderamente captura los corazones y los convierte en Dios ".
“La danza revela entonces que el hombre es un espíritu encarnado o, si se desea, carne espiritual. Porque bailar es más que un movimiento físico o una exaltación instintiva. Más bien dice una tensión física y emocional, que expresa investigación, autocontrol, impulso, pasión, fatiga, dolor, amor. Es una mezcla de cuerpo y alma y este fue el valor del redescubrimiento del catecumenado cristiano: la fe es la proclamación, el cambio de vida, la liturgia nueva y participativa. La danza en un círculo, finalmente, expresa una tensión unitaria hacia el mismo centro de gravedad que es Cristo, incluso desde diferentes puntos de vista. Él dice que estamos en el mismo barco y atendemos a algo que está en el centro de nosotros, que solemos ser muy excéntricos, es decir, no ocupamos la escena. Bailar es hermoso y da placer porque hace que la belleza se vuelva a saborear, nos hace sentir vivos, nos proyecta a nosotros mismos. De aquí viene la alegría de la navidad. Como lo fue para Juan el Bautista, tan pronto como escuchó la voz de María que llevaba al Niño Jesús con ella " terminó su Excelencia.
Así fue como, después de haber cantado el Te Deum para agradecer a Dios por el don del Camino, el Obispo también bailó alrededor de la mesa eucarística después de dar la bendición del Señor.
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