miércoles, 6 de agosto de 2025

El Papa visitó a la familia española neocatecumenal que reza por su hijo de 15 años, grave en Roma

El Papa visitó, tras la celebración del Jubileo de los Jóvenes, a la familia española neocatecumenal que reza por su hijo de 15 años, grave en Roma. León XIV en la Vigilia de oración en Tor Vergata, pidió orar por Ignacio Gonzálvez, peregrino español de 15 años.

Los Gonzálvez son una familia de Cartagena (Murcia), del barrio de San Antón, católicos del Camino Neocatecumenal, que rezan en el Hospital Pediátrico Niño Jesús, de Roma, por su hijo, que está muy grave.

Mientras rezaban con los ojos cerrados en la unidad de cuidados intensivos —Pedro Pablo, Carmen Gloria, Pedro Pablo Jr. y Adela— llegó el Papa León XIV. Ellos no lo vieron hasta que el sacerdote que los acompañaba les dio un codazo.




El Papa no había avisado de su llegada, pero ante un millón de jóvenes, en la Vigilia en Tor Vergata el sábado por la noche, había pedido rezar por Ignacio.

Ignacio está sedado. Sufre de un linfoma que afecta a las vías respiratorias. El joven, en casa, en Murcia, estaba bien, sólo tenía una tos leve y hacía ejercicio. Llegó a Roma con su comunidad neocatecumenal para el Jubileo de los Jóvenes. Sufrió un dolor en el pecho hace cuatro días y colapsó. Lo llevaron con urgencia al hospital Niño Jesús, el hospital ligado a la Santa Sede, volcado en la investigación pediátrica y de enfermedades minoritarias.

Los padres de Ignacio, su hermano de 24 años y su hermana de 17, llevan días despiertos, rezando y pidiendo un milagro. Les ha emocionado la visita del Papa pero también los gestos de otras muchas personas, conmovidas por su situación.

Con los Gonzálvez, León XIV rezó el Avemaría y el Padrenuestro en español, lengua que domina por sus muchos años pasados en Perú. Dio a cada uno su bendición. También les habló de la vida eterna que promete el Evangelio. "Estamos hechos para el Cielo", les dijo. Tras pasar una media hora con la familia española, León XIV pasó a saludar niños enfermos en la zona de oncología.

"Nos ayudó mucho; nos dio una palabra. Fue increíble", explicó por teléfono, emocionado, Pedro Pablo, el padre, a VaticanNews y los medios de prensa vaticana. "Nos dijo que lo importante es hacer la voluntad de Dios, que nuestro verdadero lugar es la vida eterna en el cielo. Esto nos reconfortó, porque somos personas que intentamos vivir nuestra fe y sabemos que es la verdad. Y en momentos de tanto sufrimiento, oír al Papa venir y darte una palabra así es... lo mejor que nos pudo haber pasado".

La madre, Carmen Gloria, habla de su hijo de 15 años como su "niño". En su dolor, también ha encontrado consuelo en las palabras y el gesto del Papa. "Me dijo que, si Ignacio ha venido hasta Roma, él podía venir hasta el hospital a verlo. Fueron palabras sencillas, pero llenas de cariño", detalla.

El Papa también dijo que "esto es un misterio y que, a pesar de muchas cosas que no entendemos, sabemos que Dios está ahí y quiere lo mejor para todos. Como madre, vi que Jesucristo se acercó a mí y me dijo: 'No estás sola'. Eso fue lo que significó para mí la presencia del Papa en el hospital: la confirmación de que Dios no nos ha abandonado".

Ahora muchas personas rezan por Ignacio y ofrecen su ayuda a la familia española, que se está quedando en Roma. "Es obra del Espíritu Santo. No somos nada, una familia como muchas otras... Y ver a tanta gente rezando, a tanta gente interesada, y que el propio Papa haya venido, es un gran consuelo. Sabemos que Dios está con nosotros".

El hermano de Ignacio, que también se llama Pedro Pablo, admite que lo que están viviendo es "doloroso, difícil, triste". Había venido a Roma al Jubileo, a ver al Papa de lejos en el Papamóvil, no de cerca en el Hospital, rezando por su hermano. "La visita del Santo Padre me ha dado una gran paz, especialmente por mi madre; nos ha unido como familia en la fe", afirma el joven. "El Papa nos escuchó en todo momento, se preocupó de verdad, me transmitió la sensación de alguien que realmente comprendía la situación y el dolor que estamos viviendo. Una gran empatía".

Adela, la hermana, se emocionó y lloró cuando vio al Papa por televisión, desde el hospital, pidiendo orar por Ignacio. También lloró en la homilía del domingo. "Me ayudó escuchar en la Misa que solo estamos de paso, que estamos destinados a vivir en el cielo. Y pensé: es cierto, tarde o temprano mi hermano, pase lo que pase, solo estaba de paso".

Ver al Papa, dice, le dio paz y tranquilidad. "Yo estaba llorando y rezando cuando entró en la habitación de Ignacio. Entré llorando y salí riendo", comenta. 


Fuente: https://www.religionenlibertad.com/testimonios/250805/papa-visito-familia-neocatecumenal-reza-hijo-15-anos-roma113438_113438.html

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